El sello de AVD nace como una evolución natural del compromiso constante de nuestras empresas asociadas con las buenas prácticas en la venta directa. No es solo un distintivo visual, es una declaración de principios que resume el propósito y la forma de actuar de las empresas que forman parte de la asociación.

En un entorno cada vez más exigente y competitivo, donde la relación con el consumidor es directa y constante, tres palabras clave concentran el significado del sello AVD: confianza, calidad y excelencia. Estos valores no son aspiracionales, son realidades que guían el día a día de las compañías asociadas y definen el modelo empresarial.

El sello AVD es garantía de que, detrás de cada producto o servicio, hay una estructura sólida, comprometida con hacer las cosas bien, con responsabilidad, integridad y una clara visión de largo plazo.

Confianza

La Venta Directa tiene como eje la relación personal entre la empresa y el consumidor. En este modelo, la confianza no es un añadido: es la base de todo. Las empresas de AVD han entendido desde siempre que ganarse la confianza del cliente implica actuar con transparencia, ética y responsabilidad.

Por esto, la inclusión de esta palabra en el sello no es casual. Representa un compromiso sólido con la integridad, la honestidad y la protección del consumidor. Mostrar el sello AVD es demostrar que se operan bajo estándares que inspiran seguridad y credibilidad ante todos los públicos, tanto externos como internos.

 Calidad

La calidad, para las empresas AVD y la propia asociación, representa mucho más que cumplir lo prometido, implica superar las expectativas mediante procesos exigentes, una inversión constante en innovación y un compromiso firme con la mejora continua.

Este enfoque está presente en la cultura empresarial de los asociados, donde se promueve la evolución permanente y apuesta de forma sostenida por la investigación, el desarrollo (I+D) y la innovación como herramientas clave para garantizar productos y servicios consistentes, seguros y eficientes.

Excelencia

La excelencia va más allá de la calidad. No se trata solo de cumplir, sino de superar límites, anticiparse, liderar. Es una forma de entender el trabajo desde la profesionalidad, el rigor y el deseo constante de superación.

Incorporar este valor al sello refleja una aspiración común de que las empresas asociadas a AVD no se limitan a seguir el estándar, buscan diferenciarse por su ética, liderazgo y visión a largo plazo. Esta actitud impulsa el desarrollo y refuerza la confianza de los consumidores y de los actores clave que conforman el sector.