Cada vez más personas en España buscan formas de emprender que se adapten a su ritmo de vida, les permitan trabajar con autonomía y no requieran una gran inversión inicial. En este contexto, la Venta Directa destaca como una opción profesional accesible, flexible y en crecimiento constante.

A través de este modelo, más de 193.000 distribuidores independientes desarrollan su actividad comercializando productos directamente al consumidor, sin necesidad de local físico y con el respaldo de empresas que ofrecen formación, herramientas digitales y acompañamiento desde el inicio.

Pero ¿qué pasos hay que seguir para empezar? ¿Qué derechos y apoyos tienes como distribuidor? Si estás valorando unirte a este sector, a continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber para comenzar tu camino en la Venta Directa de forma segura y bien informada.

El primer paso: elegir bien con quién trabajar

Iniciar una actividad en Venta Directa comienza por escoger una empresa que sea transparente, ética y profesional. Desde la AVD recomendamos colaborar con empresas asociadas, ya que están sujetas a un Código Ético europeo y ofrecen garantías legales, comerciales y formativas a sus distribuidores.

Estas empresas ofrecen un acuerdo por escrito que regula la relación comercial y, en la mayoría de los casos, un kit de inicio con productos, catálogos y materiales de formación. Este kit tiene un coste razonable y es una herramienta útil para empezar a conocer el producto y el modelo de negocio.

Al tratarse de una actividad independiente, tú decides cómo organizar tu tiempo, cuánto quieres implicarte y qué objetivos deseas alcanzar.

Derechos, formación y respaldo legal

Uno de los pilares del modelo de Venta Directa es el respaldo profesional que reciben los distribuidores desde el primer día. Las empresas miembros de AVD ofrecen información clara sobre productos, precios, comisiones y condiciones de colaboración, lo que permite desarrollar la actividad con confianza y transparencia.

El modelo garantiza además derechos esenciales, como el desistimiento del contrato sin penalización, habitualmente en un plazo de 14 a 30 días, y una política de recompra de productos no vendidos dentro del primer año, siempre que estén en condiciones adecuadas.

La formación continua es otro elemento clave: está pensada para acompañar al distribuidor en cada etapa de su desarrollo y no tiene fines lucrativos. Además, gracias al acuerdo entre AVD y ATA, los distribuidores cuentan con asesoramiento especializado en cuestiones fiscales, laborales y jurídicas, facilitando su profesionalización y el cumplimiento de sus obligaciones legales.

¿Quieres empezar?

Ser distribuidor o distribuidora de Venta Directa es tan sencillo como informarte bien, elegir una empresa seria y dejarte acompañar por quienes ya forman parte del sector. Si buscas una forma flexible, ética y moderna de emprender, este puede ser tu sector, una industria que apuesta por las personas, la formación y las oportunidades reales.