El emprendimiento en el sector de la venta directa, entendido como sinónimo de audacia, decisión y resolución, tiene sello femenino.
La palabra emprendimiento se ha posicionado como una característica definitoria de muchos profesionales de nuestro país. Cuando empleamos este término inmediatamente vienen a nuestro pensamiento una serie de adjetivos asociados, como por ejemplo; activo, audaz, decidido, resuelto, … Es decir, un conjunto de definiciones que nos presentan una actitud no solo profesional, sino también una forma de ser ante la propia vida.
Ser emprendedor o emprendedora ha pasado a convertirse en una apuesta decidida por seguir creciendo, con la confianza puesta en uno mismo como motor que propicia el cambio y que, con la ayuda de las palancas adecuadas, puede traducirse en el éxito profesional.
Emprendimiento femenino
En este sentido, la venta directa se ha desarrollado como un sector que contribuye a la dinamización del emprendimiento y, especialmente, del emprendimiento femenino.
Según los datos que maneja la AVD, en España hay 262.103 profesionales que trabajan en el sector de la venta directa a tiempo completo o parcial, de los cuales el 83% son mujeres. Si acudimos a los datos europeos que proporciona SELDIA, de los 6,56 millones de profesionales que desarrollan su actividad, el 81% son mujeres.
Sin duda, estas cifras nos muestran la amplia presencia de la mujer en la venta directa y, sobre todo, nos presentan su gran confianza en sí mismas y su apuesta por contribuir de forma activa, audaz, decidida, y resuelta a la sociedad y economía de nuestro país.
Oportunidad para emprender
En este contexto, la venta directa es una excelente oportunidad profesional abierta a personas con vocación comercial y espíritu emprendedor que desean incrementar sus ingresos trabajando para cualquiera de nuestros asociados. La elección de una actividad como la venta directa se muestra como una opción atractiva para cada vez más jóvenes por sus ventajas en cuanto a acceso a un negocio independiente, flexibilidad horaria y la ausencia de jerarquías rígidas.
El sector tiene el desafío de concienciar a los diferentes agentes sociales, económicos y políticos sobre el potencial de la venta directa y su aportación de valor, por ello las empresas de venta directa apoyan de forma constante a su red con programas de formación e incentivos para mejorar en todo momento su labor profesional.