El sector de la venta directa en España está de enhorabuena. Un año más de presentación de resultados, y un año más en el que se constata el buen pulso mantenido en el marco económico actual. La clave, versatilidad y adaptación a los cambios económicos y sociales mediante un proceso de transformación que permite una atención personalizada exclusiva de la venta directa y la entrega del producto en el hogar del consumidor en los tiempos o incluso por delante del retail y el e-commerce actual.

El sector de la venta directa ha cerrado su ejercicio económico correspondiente al 2019 con una facturación de 751 millones de euros  y una previsión de crecimiento del 5 % en 2020, a falta de conocer los datos del último cuatrimestre del año. Las cifras se mantienen respecto a 2018, constatando la buena salud de los asociados que componen la Asociación de Venta Directa y el proceso de transformación tecnológica que están llevando a cabo al ritmo de los nuevos modelos económicos y sociales.  La venta directa, que nació  allá por los 70 en nuestro país al albur de las reuniones y presentaciones comerciales en hogares, ha ido evolucionando el sistema y modos de comercialización hasta llegar a un modelo híbrido de interacción con los clientes en el que coexisten los modelos presencial y digital.

Mirando hacia Europa, España vuelve a colocarse en la sexta posición de los países que más facturan en este sector. De hecho, a lo largo del 2019, se entregaron en el país cerca de 5.4 millones de pedidos a un total de 9.2 millones de compradores o consumidores finales, logrando una representación de mercado de casi el 30%. Al separar la distribución de venta al público por comunidad autónoma, ocupan los primeros lugares Cataluña (17,1%), Madrid (16.6%), Andalucía (16%) y Comunidad Valenciana, con el 9,9% de las ventas, siendo las categorías de bienestar, cuidado personal y limpieza del hogar las que destacan en volumen de pedidos. Sin duda, unas cifras que invitan a pensar en el buen momento que vive este sector pionero en el concepto del modelo “direct to consumer”.

Pero la venta directa no solo son productos y pedidos, también están las personas. Detrás de este sector se encuentran 251.000 profesionales que disfrutan cada día con esta oportunidad de negocio independiente y sacan partido a sus ventajas, como son la flexibilidad, la conciliación y la oportunidad de emprender con una baja inversión. Se trata de profesionales especializados en el producto/servicio que venden y, además, priman una atención personalizada a sus clientes. Ocho de cada 10 emprendedores de la venta directa en nuestro país son mujeres (83%) en edades comprendidas entre 43 y 45 años que se dedican a la actividad a tiempo parcial (81%). Y no sólo mayormente mujeres, en los últimos años el sector ha constatado como esta modalidad de emprendimiento es atractiva para jóvenes menores de 30 años que ven en este negocio una forma de obtener ingresos, con dedicación a medida y compatible con otras dedicaciones o estudios. La renovación está ahí y han llegado para quedarse.

Sin duda nos encontramos en un sector que apuesta por la renovación, que crece cada día y en el cual tienen cabida todos aquellos profesionales  interesados en el emprendimiento con todo el apoyo de grandes corporaciones con trayectorias de más de 70 años en el mercado.