En absoluto la digitalización es un problema para la venta directa, al contrario, es una palanca de dinamización de nuestro sector. La pandemia ha supuesto un hito que ha impulsado a las marcas a acelerar su digitalización hasta conseguir un modelo operativo híbrido donde conviven la presencialidad del trato y el apoyo de las herramientas digitales. Hasta un 25% de sus vendedores se han adaptado al lenguaje y espacios de Internet, usando las redes sociales como vehículo principal de marketing, u otras plataformas para desarrollar el negocio, todo ello sin perder los encuentros cara a cara y las demostraciones a domicilio que también se trasladan al mundo virtual. Gracias a esto, más del 80% de los clientes de la venta directa llegan a los distribuidores a través de las redes sociales. En la actualidad todo ha vuelto a su equilibrio y recuperamos la presencialidad, una característica intrínseca de nuestro modelo de negocio, sin dejar lo bueno que nos aporta la digitalización.