Cada vez más, entran en juego factores, quizá menos tangibles pero esenciales, que el profesional valora, solicita y necesita.

Si nos asomamos a las demandas de la sociedad actual observamos que las solicitudes de muchos profesionales se enmarcan dentro del denominado complemento emocional. Es decir, el conjunto de beneficios no económicos que ayudan a que los trabajadores de una compañía se sientan más cómodos, contribuyendo así a mejorar su calidad de vida.

Se deduce, por tanto, que una retribución económica no es la única motivación para formar parte de una compañía, y que, cada vez más, entran en juego otros factores, quizá menos tangibles pero esenciales, que el empleado valora, solicita y necesita.

En este contexto, la venta directa lleva varias décadas apostando por elementos como la flexibilidad para que sus equipos de ventas puedan disfrutar también de ese conjunto de beneficios que ayudan a crecer personal y profesionalmente con una mayor autonomía en la toma de decisiones, y también incrementan la productividad y la eficiencia en los resultados obtenidos.

Como se indica en nuestro último informe realizado junto con Universidad Complutense de Madrid: La Venta Directa: el futuro del bienestar, y que también está apoyado en datos extraídos del Informe Anual de la European Direct Selling Association (SELDIA) y el informe sectorial de Euromonitor, en España el 85% de los profesionales independientes de la venta directa trabajan a tiempo parcial. Se convierte de esta manera en una excelente fuente complementaria de ingresos y que permite a su vez la conciliación profesional y personal. 

Algunos ejemplos de salario emocional

El hecho de poder conciliar vida personal y profesional, entre otras cosas, también favorece la permanencia del talento en las empresas. Junto a la flexibilidad, la venta directa también aporta otro tipo de ventajas a sus profesionales que se concentran en:

  • Dinamización del emprendimiento
  • Autonomía y libertad en la toma de decisiones
  • Liderazgo
  • Reconocimiento personal
  • Crecimiento profesional
  • Misión y valores compartidos
  • Sentimiento de pertenencia

Es cierto, que todos necesitamos dinero a final de mes, pero no es lo único por lo que cada día desempeñamos nuestro trabajo. Cada vez más, valoramos nuestro tiempo en familia, nuestros ratos de ocio o nuestra capacidad de autonomía.

Asimismo, apostar por el emprendimiento supone dar más opciones a los jóvenes que buscan iniciar una actividad laboral o que quieren incrementar sus ingresos anuales para desarrollar sus propios proyectos profesionales.